Entrenamiento en compasión

Descripción del Entrenamiento en el cultivo de la compasión

La compasión, nuestra capacidad de conectarnos con el sufrimiento propio y de los demás junto a la motivación sincera de aliviarlo y prevenirlo, es instintiva en los seres humanos cuando el que sufre es alguien cercano. Sin embargo, las tradiciones contemplativas sugieren que es posible ampliar nuestro círculo de cuidado y compasión más allá de lo instintivo. Cuando la compasión surge en nuestro corazón, nuestra mente se libera del odio, de los juicios negativos y de la preocupación obsesiva por uno mismo, constituyendo una fuente natural de paz interior y exterior.

El Entrenamiento en el Cultivo de la Compasión (ECC) es un programa de ocho sesiones impartidas durante 8 semanas diseñado para desarrollar las cualidades de la compasión, la empatía y el amor hacia uno mismo y hacia los demás. El ECC integra prácticas contemplativas tradicionales con psicología contemporánea e investigación científica sobre la compasión.

*El programa ha sido desarrollado en el Centro de Investigación y Educación para la Compasión y el Altruismo de la Universidad de Stanford por un equipo liderado por Geshe Tupten Jinpa, académico tibetano y principal traductor del Dalai Lama, junto a un equipo de académicos contemplativos, psicólogos clínicos e investigadores interdisciplinarios.

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¿Por qué cultivar la compasión?

La compasión es un proceso que se desenvuelve en respuesta al sufrimiento. Comienza con el reconocimiento del sufrimiento, el cual da pie a pensamientos y sentimientos de empatía y preocupación por el bienestar de quien sufre. A su vez, esto motiva a la acción que alivia el sufrimiento.

Los seres humanos tienen una capacidad natural para sentir y expresar la compasión. Sin embargo, el estrés diario, las presiones sociales y las experiencias de vida pueden limitar la expresión plena de esta capacidad. Cada uno de nosotros puede elegir nutrir y desarrollar nuestro instinto compasivo, tal como una planta puede ser cultivada desde la semilla. Este proceso requiere paciencia, cuidado, así como también las herramientas apropiadas y un ambiente propicio.

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El cultivo de la compasión va más allá de sentir más empatía y preocupación por los demás. El cultivo de la compasión hace surgir la fortaleza para estar con el sufrimiento, el valor para actuar con compasión y la resiliencia para prevenir la “fatiga por compasión”. Estas cualidades facilitan y apoyan, a su vez, una serie de cambios positivos, desde mejorar las relaciones interpersonales hasta hacer una diferencia positiva en el mundo.

El cultivo de la compasión puede también sustentar la propia salud, bienestar y felicidad. Estudios recientes sugieren que el programa ECC puede incrementar el auto-cuidado, la auto-compasión y la conexión con otros, y al mismo tiempo.

¿A quién va dirigido el programa?

El ECC está diseñado para apoyar a cualquier persona que desee cultivar la compasión hacia sí mismos y hacia los demás, puesto que cualquier persona está expuesta a posibles situaciones difíciles. No requiere experiencia previa.

Los grupos del Entrenamiento tiene un mínimo de 10 personas y máximo de 20 personas de participación por curso, para facilitar el intercambio de experiencias y la atención a todos los participantes.

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¿En qué consiste el entrenamiento?

• 8 clases presenciales o online de 2.15 horas cada una, que incluyen meditaciones guiadas, charlas, conversaciones grupales sobre las prácticas y sobre la teoría y la ciencia detrás de las ellas.

Prácticas de atención plena, prácticas de visualización y ejercicios de respiración para desarrollar el amor, la empatía y la compasión.

• Ejercicios prácticos relacionados al tema de cada clase: cada ejercicio es a la vez un medio para entrenar la empatía, la escucha profunda y el habla auténtica.

• Prácticas informales: Prácticas concretas para aplicar los contenidos del curso en la vida diaria.

Además de cuadernillo de prácticas se facilitarán al alumnado meditaciones guiadas para practicar durante la semana y lecturas recomendadas (vía email).

Los participantes tendrán la oportunidad de formar parte de una comunidad gratuita de práctica virtual que se encuentra una vez al mes para practicar juntos las meditaciones del programa.

El entrenamiento paso a paso

Asentar y focalizar la mente. Se introducen las habilidades básicas para estabilizar la mente y focalizar la atención a través de la práctica de la atención plena a la respiración. Este paso se considera como el fundamento de las demás prácticas y está incluido también en las meditaciones posteriores.

Amor y compasión hacia un ser querido. Esta sesión se focaliza en reconocer las experiencias del amor y la compasión cuando ocurren naturalmente. La meditación y los ejercicios relacionales en este paso ayudan a identificar los signos fisiológicos, emocionales y mentales de los sentimientos de calidez, ternura, cuidado y compasión.

Auto-Compasión. En esta sesión aprendemos a desarrollar cualidades como la auto-aceptación, no juicio, amabilidad y cuidado en la relación con uno mismo. Conectar con los propios sentimientos y necesidades, y relacionarnos con ellos con empatía y compasión es la base para desarrollar una actitud compasiva hacia los otros.

Aprender a desarrollar cualidades como la calidez, la apreciación, la alegría, la gratitud en la relación con uno mismo. Mientras que el paso anterior se centra en la auto-aceptación, este paso se focaliza en la apreciación de uno mismo.

Abrazar la perspectiva de la humanidad compartida, desarrollando la apreciación y gratitud por los demás. Establecer el fundamento de la compasión hacia los otros a través del reconocimiento de nuestra humanidad compartida, apreciando la amabilidad de los otros y cómo los seres humanos estamos profundamente interconectados.

Compasión hacia los demás. Sobre la base del paso previo, los participantes comienzan a cultivar la compasión hacia todos los seres al ir ampliando el círculo de la compasión desde un ser querido, hasta incluir a una persona neutra, una persona difícil y finalmente a todos los seres.

Este paso incluye evocar explícitamente el deseo de hacer algo respecto al sufrimiento de los demás. En la práctica formal de meditación, esta intención se cultiva a través de la práctica de visualización donde el practicante se imagina tomando el sufrimiento de los otros y ofreciéndole todo lo que es beneficioso e sí mismo. Esta práctica se conoce como “Tonglen” o “dar y recibir” en la tradición budista tibetana.

Los aspectos esenciales de cada uno de los pasos anteriores se combinan en una práctica integrada de meditación en la compasión que puede ser practicada diariamente por quienes decidan adoptarla como su práctica regular.

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Testimonios de entrenos con Shanti

El curso ha sido un antes y un después en mi vida. Creo que hay un cambio que tiene que ver con los pensamientos hacia mi. Generalmente soy muy compasiva con otras personas, y pocas veces lo soy hacia mi, pero ahora, cada día, recuerdo que también sufro, y siento un interés genuino por aliviar mi sufrimiento, lo que me lleva a hacer algo para sentirme mejor y sin culpa, y eso puede ser desde dormir una siesta, tomar un descanso o sentir gentil conmigo en mis pensamientos.

Uno de los cambios más importantes para mi es que estoy menos reactiva. En mi entorno personal hay algunas personas difíciles, y desde que participé en el entreno me resulta más fácil no caer en malas dinámicas, creo que aunque tener buenas rutinas de ejercicio y alimentación ayudan, parte del mérito lo tiene la meditación continuada a lo largo de estas semanas. También estoy más atenta a situaciones en las que puedo ayudar o hacer la vida un poco más sencilla a otras personas.

Muchas gracias por este entrenamiento. Me encantó la forma tan estructurada del curso, que va de menos a más, es una excelente combinación entre calidad humana y conocimiento científico. Lo recomiendo ampliamente. He notado bastantes beneficios. Por ejemplo, me ha ayudado a ser más consciente de mis propias emociones en cada momento, también a permitirme pausas a lo largo del día como forma de autocuidado, así cómo hacerme algún regalo, aunque sean cosas sencillas, como darme un masaje en cuanto note que me duelen las piernas, en lugar de posponerlo. Creo que me ha ayudado también a ser más consciente de si las personas de mi entorno son más o menos compasivas y de cómo me afecta. He notado también una mejora en el estado de ánimo en forma de calma o paz.

Todo el curso ha sido muy beneficioso, y he disfrutado de la importante conexión con todos los compañeros, conexión en la que incluyo a nuestra profesora que ha sido magnífica, y ha creado un espacio de respeto y autenticidad realmente importantes.

Noto en mi menos ansiedad y angustia. Más sensación de autocontrol y mejor gestión de mi sufrimiento y el ajeno. Menos respuestas acción-reacción, más redpuestas diarias en la vida coridiana y laboral desde la reflexión.

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